¿Alguna vez te has preguntado por qué hay que frenar antes de entrar en una curva? A ésta y a otras cuestiones sobre conducción pueden responderte la Física y las Matemáticas.
¿Por qué hay que frenar antes de entrar en una curva? ¿Por qué dicen las autoridades que la velocidad incrementa las posibilidades de lesión en caso de accidente o la distancia necesaria para detener un vehículo? Las leyes físicas –como la Tercera Ley de Newton– y su formulación matemática lo explican. Y no es algo lejano y abstruso, sino que nos afecta muy de cerca a los conductores.
La Ley o Principio de Conservación de la Energía establece que la suma de las energías deben ser iguales antes y después de una colisión. La energía antes del choque es la suma de las energías cinéticas (la que tienen los cuerpos por el hecho de estar en movimiento) de los dos vehículos implicados en el mismo. Su valor depende de la masa del cuerpo (m) y de su velocidad (v).
Una parte de esa energía es absorbida por las deformaciones plásticas de los vehículos y elementos de la vía y entorno; otra, en forma de rozamiento y calor; otra parte, como energía cinética si los vehículos continúan moviéndose tras el choque; la última parte de energía la deben absorber los ocupantes, lo que se traduce en lesiones de mayor o menor gravedad.
De la velocidad con la que se tome una curva, si es inadecuada, puede depender que el vehículo derrape y se salga de la misma o, incluso, que vuelque, perdiendo totalmente el control y provocando un accidente de graves consecuencias.
Hay varias características de los vehículos que pueden favorecer el derrape (bajo centro de gravedad, vía (anchura) grande y baja adherencia lateral) o el vuelco (alto centro de gravedad, vía pequeña y alta adherencia lateral). La fórmula matemática determina que se produzca el derrape o el vuelco en función de cuál de los dos valores (velocidad máxima de derrape o de vuelvo) se alcance antes.
fuente: www.dgt.es