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Control de velocidad

La velocidad es el espacio que recorre un objeto en un lapso de tiempo. Se expresa bajo la fórmula de v=e/t  y se mide en metros por segundo (m/s) o los kilómetros por hora (km/h) del velocímetro del vehículo. Pero esta fórmula esconde algo que complica la vida, y mucho, a conductores, fabricantes de coches y a quienes velan por la seguridad vial: todo vehículo en movimiento acumula energía cinética en base a su masa y la velocidad a la que viaje (Ec=1/2m.v2). Y esta se transforma al desaparecer el movimiento. Si lo hace paulatinamente, frenando el automóvil, no tiene efecto sobre la seguridad vial y desaparece como calor por la acción de los frenos. Si es por un choque o accidente, la energía es absorbida por el vehículo (diseñado para absorber el máximo de energía, manteniendo un habitáculo de seguridad mediante deformaciones programadas) y por los pasajeros, que sufrirían lesiones de mayor o menor gravedad. Si para la Física, es una magnitud de medida; para los publicitarios es un argumento de venta; para algunos conductores, su pasión y la responsable de su pérdida de puntos; para las víctimas, un agravante de sus lesiones… Estas son algunas de las caras de la velocidad. Hoy planteamos, en preguntas y respuestas, lo que, desde el punto de vista científico, debe saber sobre la velocidad.

¿Cuántos accidentes causa la velocidad?
Un 22% de los accidentes mortales
Según datos de la DGT, hubo velocidad inadecuada en el 10% de los 89.500 accidentes con víctimas de 2013, cifra que se eleva al 17% si solo contamos los accidentes con víctimas en carretera. En los accidentes mortales –en los que existe al menos 1 muerto–, la velocidad aparece como factor concurrente en el 22%. Así, si todos viajáramos a la velocidad adecuada, se evitarían una cuarta parte de los muertos (unos 400) por accidente de tráfico (1.680 en 2013).

¿Qué es la velocidad inadecuada?
La que no permite detenerse ante un obstáculo que surja
Las vías de circulación tienen límites de velocidad, genéricos o específicos (fijados por una señal para un tramo). Si se supera ese límite objetivo, se circula a velocidad excesiva y, si le detectan, será sancionado. Pero, aun si circula dentro del límite permitido, circunstancias externas (lluvia, hielo, usar la rueda temporal…), puede convertir la velocidad en inadecuada a la vía en ese momento. La Ley de Seguridad Vial obliga al conductor a respetar los límites y adecuar su velocidad para poder parar su vehículo en su campo de visión y ante un obstáculo que se presente, teniendo en cuenta sus condiciones físicas y psíquicas, características y estado de la vía, vehículo, carga, meteorología, circulación y cuantas circunstancias concurran. Esa es la velocidad segura.

¿Cómo programa la DGT los controles de velocidad?
Según las velocidades medidas, accidentalidad y tipo de vía
Dado que las carreteras convencionales son el doble de peligrosas que las autopistas y autovías y además en ellas se registran mayores excesos de velocidad, es en estas vías donde mayor esfuerzo operativo se está dedicando. Tradicionalmente, los controles de velocidad se colocaban donde se habían producido colisiones, utilizando conceptos como punto negro, tramo de concentración de accidentes o índices más elaborados (EURORAP) que incluían, además, otros factores de riesgo asociados a la carretera. Las nuevas estrategias de vigilancia recomiendan medidas proactivas y de vigilancia de la red, estableciendo controles no donde se hayan producido colisiones, sino donde se puedan producir porque se hayan medido grandes excesos de velocidad. La DGT ha procedido a calificar cada uno de los tramos de la red de carreteras en función de la accidentalidad, las velocidades medidas en él, su tamaño y características. Los tramos con mayores índices serán los más ‘visitados’ por los equipos de vigilancia.

Con más velocidad, ¿necesito más distancia para detenerme?
SÍ, al tiempo de reacción se suma la distancia de frenado.
La distancia para detener un vehículo (o de detención) consta de dos partes: la que se recorre hasta que el conductor se da cuenta de que debe frenar (tiempo de reacción) –entre 1 y 1,5 segundos, durante el cual el coche sigue rodando a igual velocidad–, y la que el sistema de frenado necesita para detener totalmente el vehículo (distancia de frenado). Como un frenazo instantáneo causaría lesiones graves a los ocupantes y la distancia de frenado depende del cuadrado de la velocidad (al duplicarla se cuadruplica la energía cinética a disipar), a mayor velocidad, más distancia para detenerse. E influye el estado del firme, vehículo, conductor, climatología…

¿Si se reduce la velocidad de circulación baja el número de accidentes mortales?
SÍ: cada 1 km/h, al menos un 4%
Sí, Según Nilsson (2004), una disminucion del 1% de la velocidad media en una vía produce una reducción del 4% en las colisiones mortales.

 

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